Las obras de rehabilitación del castillo de Peñíscola emprenden una nueva fase, tras las actuaciones de arreglo de humedades en parte de la fachada y el patio. El primer elemento finalizado fue la pared recayente al templo de la Virgen de la Ermitana, «en los que había materiales pétreos disgregados que caían y ponían en peligro la seguridad de las personas», indican desde la Diputación.

Además de preservar el espacio, se han compatibilizado estas obras con la protección de las aves. Se han adecuado y mantenido huecos existentes en los muros y se han habilitado nuevos nidos, de acuerdo con la Dirección Territorial de la Conselleria de Medio Ambiente. En cuanto al patio de armas, se levantó el pavimento para resolver los problemas de encharcamiento en momentos de lluvia, incidencia que ya fue solucionada. La superficie estará disponible esta temporada veraniega para la celebración de los festivales de teatro clásico y música antigua y barroca.

ZONA CENTRAL / La siguiente parte de las medidas es la restauración y adaptación museográfica de las salas principales de la fortaleza, situadas en la planta central, como el salón gótico y la capilla.

Dentro de este proyecto, la institución provincial elabora encuestas de satisfacción entre los visitantes. El vicepresidente, Vicent Sales, destacó «cómo más del 90% de los visitantes califican de sobresaliente, con una puntuación entre nueve y 10 sobre 10, la visita al monumento», con el fin de conocer la respuesta a las actuaciones ya desarrolladas de las mejoras en la planta baja.