Aún quedan semanas para despedir al verano, pero las diferentes administraciones ya disponen de los primeros datos sobre cómo transcurre la actual temporada turística. Uno de los termómetros empleados en Peñíscola es la cantidad de visitantes a su principal monumento, el castillo, que desde enero y hasta el 31 de julio se mueve en cifras muy similares a las del mismo periodo del año anterior. En total, son 157.951 las entradas contabilizadas, mientras que en el 2018 el número fue de 160.701.

La previsión que manejan los responsables del recinto es que la cifra ronde las 300.000 personas a 31 de diciembre, como es la tónica desde que se estrenaron las mejoras introducidas en la primera fase del plan director.

En estos momentos, el castillo está inmerso en la segunda parte de las actuaciones de rehabilitación y puesta en valor de las dependencias. Por este motivo, hay espacios tan emblemáticos como el salón gótico o la capilla que permanecen cerrados hasta la finalización de las obras. Y a pesar de ello, el impacto negativo en el cómputo total de entradas apenas ha tenido efecto. Ahora cabrá conocer el resultado del mes de agosto --el de mayor afluencia a la ciudad y al monumento-- y de septiembre para determinar si hay variaciones significativas.

Por otro lado, la comparativa entre este 2019 y la anualidad pasada desvela que cada vez hay más entradas en temporada baja, lo que se refleja en el incremento de los periodos de enero y febrero, además de junio, con casi 3.000 personas de aumento.

GUÍAS / Uno de los alicientes de la fortaleza peñiscolana en estos meses es la posibilidad de conocer los detalles más significativos a través de las visitas guiadas, impulsadas desde la Diputación, ente que gestiona las instalaciones. Una oferta a la que, desde hace unos años, se suman los recorridos teatralizados en momentos como mayo y octubre y que, en los meses de mayor cantidad de visitantes, se desarrollan por las noches una vez a la semana. A ello se unen los conciertos y conferencias en los jardines.