El Gobierno no reabrirá el almacén de gas Castor, situado frente a las costas de Vinaròs, por la posibilidad de que afecte a la falla de Amposta, sometida a estrés como consecuencia de la inyección de gas. Por ello, la infraestructura permanecerá en hibernación.

El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital recibió ayer el informe encargado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y a la Universidad de Harvard, que concluye que la inyección de gas en el almacén subterráneo fue la causa de los seísmos del año 2013 en esta zona.

Según los resultados, presentados por el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia; los profesores Rubén Juanes (MIT) y John H. Shaw (Harvard); y el director de Infraestructuras de Enagás, Claudio Rodríguez, la inyección de gas en Castor en septiembre del 2013 «desestabilizó de forma significativa la falla de Amposta y otras ramificaciones».

Por otro lado, el informe establece que, en su momento y con la información y metodología disponibles, no se hubieran podido detectar riesgos sísmiscos, eliminando cualquier sombra de duda sobre la actuación de los funcionarios y los técnicos que redactaron el proyecto de ejecución, efectuándose todos los estudios necesarios y adecuados.

INSTALACIÓN ESTABLE

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, destacó que «hay una relación entre Castor y los terremotos. Se hizo bien cortando de raíz la inyección de gas y parando el uso de la instalación». Además, Nadal remarcó que «la planta está estable y no tiene riesgo y cualquier movimiento en el futuro se tiene que hacer con un estudio muy serio y con mucha prudencia».

Por su parte, el profesor Juanes explicó que una eventual reanudación de las operaciones supondría un «riesgo elevado» de nuevos movimientos sísmicos, que podrían alcanzar hasta 6,8 grados en la escala de Richter.

«Dada la estructura de las fallas y los antecedentes de desestabilización, existe la posibilidad de terremotos de magnitud significativamente mayor a los registrados», según el informe elaborado aplicando nuevos paradigmas que integran la geología, geofísica y geomécánica. También apunta que «es extremadamente complicado definir los límites de una operativa segura y fiable».

Pese a que la inyección de gas desestabilizó la falla de Amposta --y no la de Castor, como se pensaba--, la sismicidad de la zona (riesgo de terremotos) «ha vuelto al nivel anterior a la operación», explicó el profesor Shaw.