El presidente de la Asociación de Cazadores de Alfondeguilla, Pedro Robles, que a su vez es concejal en el Ayuntamiento de la localidad, ha hecho público el malestar de esta entidad deportiva ante lo que consideran un «escaso seguimiento» de las denuncias de furtivismo por parte de la Conselleria de Medio Ambiente.

Esta crítica se fundamenta, según explica a Mediterráneo, en una experiencia propia como testigo de un caso de caza furtiva en una reserva de caza menor de su término municipal. Tramitó en representación del colectivo una denuncia de cuyo archivo tuvo conocimiento meses después, tras interesarse por los avances.

Los hechos se produjeron en agosto. Tanto él como un compañero estaban realizando un rececho al corzo «autorizado por la Conselleria», cuando vieron aparecer unos perros que pudieron identificar, así como a su propietario. Estaban en una reserva de un coto donde en ese momento estaba prohibida la caza. «Llamamos al Seprona y como era el Arenal, dijeron que no tenían efectivos, que presentáramos nosotros mismos la denuncia», relata.

No se limitaron a hacer solo eso. Remitieron carta certificada al furtivo informándole, pero fue devuelta a los 15 ó 20 días. Además, «volvió a hacer lo mismo», según les «informaron testigos».

La razón que dieron en Conselleria para archivar el asunto fue que no eran «una autoridad oficial para denunciar», lo que, a su modo de ver, no es la mejor manera de combatir el furtivismo, «que perjudica a todos, en especial a la imagen de los cazadores que sí cumplen la ley».