Los cazadores castellonenses dedican cada año cerca de 30 millones de litros de agua para rellenar los bebederos y balsas que hay repartidos por toda la provincia, «con el objetivo de garantizar tanto el bienestar de la fauna de los bosques de la provincia como el equilibrio natural, ya que la falta de este elemento puede ser fatal para los animales e, incluso, causar su muerte», asegura el vicepresidente y responsable del área de caza mayor de la Federación de Caza, Leonardo Gil.

En este sentido, pone como ejemplo al Club La Perdiz, de les Useres, que anualmente consume 500.000 litros, lo que supone un desembolso económico de más de 4.000 euros. Y es que, si no se cubren de manera satisfactoria las necesidades hídricas de los animales, «podrían verse obligados a buscar fuera de su hábitat, lo que se traduciría en daños agrarios y accidentes de tráfico».

«Garantizar el suministro en los aproximadamente 6.000 puntos que están repartidos en los 170 cotos existentes en la provincia es imprescindible en los meses estivales», resalta. Esta acción de marcado carácter ecológico corre a cargo de estos aficionados.