"El Ayuntamiento de Cabanes desprecia al CD Ribera y quiere que desaparezca". Con esta contundencia se muestra el presidente del equipo de fútbol, Francisco José Mulet, quien denuncia que el consistorio veta a la entidad deportiva que dirige: "Somos los únicos que no recibiremos una ayuda nominativa del consistorio para este ejercicio y, además, no nos explican los motivos". Una situación que les ha llevado a trasladar sus quejas a la Generalitat, concretamente, Consejo de Transparencia de la Comunitat.

Mulet, quien accedió al cargo hace dos años para representar al modesto conjunto de la pedanía del municipio, también lamenta que "de la subvención del pasado 2018, que ascendía a unos 5.700 euros, nos quedan percibir alrededor 3.000, ya que no nos dieron el 60% de anticipo contemplado, al requerir facturas que todavía no teníamos, como el pago de fichas o de árbitros".

Por otro lado, criticó duramente el papel de la teniente de alcalde y edila de Deportes, Virginia Martí, "nos deniega la partida económica, no sabemos el por qué y, encima, tenemos que aguantar su propaganda de un aumento del 9% en las ayudas a las asociaciones del municipio, como al CD Cabanes, que recibe unos 30.000 euros anuales".

Dificultades para pervivir

El modesto club de fútbol milita en el grupo II de la Segunda Regional, tras resucitar después de una década sin competir. Esta temporada tiene sede fija, establecida en el campo del Torreblanca. La pasada campaña le tocó alternar escenarios para jugar de local. Representan al poblado que suma unos 500 vecinos. "Contamos con cinco jóvenes del barrio y uno de Cabanes, más motivos para no ser discriminados", argumenta.

La falta de apoyo institucional puede llevar al Ribera a desaparecer. "Tenemos un buen equipo, con jugadores de 19 a 20 años. Ellos son el club, pero parece que sobramos", concluye Mulet.