Centenares de vecinos cumplieron ayer con la tradición y participaron en la Romería de Santa Águeda de Benicàssim. Tras la celebración de una misa en la iglesia de Santo Tomás, la reina de las fiestas, Marina Pauner, acompañada por sus las damas, obsequiaron a todos los asistentes con el reparto de los pañuelos conmemorativos.

El desfile arrancó a partir de las 9.30 horas por la céntrica calle Santo Tomás, con la música de los tabaleters i dolçainers y la imagen de la patrona delante. Después le seguían las festeras, las autoridades municipales y los cientos de vecinos participantes.

Los romeros también hicieron su habitual parada en la calle Santa Águeda, donde las vecinas distribuyeron porciones de coca malfeta y moscatel entre los asistentes para darles energía para el recorrido —aproximadamente de unos tres kilómetros— hasta la ermita, en el Desert de les Palmes.

Una vez allí, en la partida Jovellús, a mediodía se ofició una misa campera en homenaje a la patrona y después de los actos religiosos y el almuerzo popular, comenzó el descenso hasta el casco urbano. Como en años anteriores, el Ayuntamiento habilitó un servicio de transporte adaptado para las personas con movilidad reducida que quisieron acudir.

Entre los asistentes no faltaron, aparte de vecinos de la localidad, diversos turistas extranjeros, quienes disfrutan año tras año participando en varios de los actos más tradicionales.

COMIDA POPULAR / Este año, como novedad, la jornada festiva continuó con la comida monumental Olleta de la Plana, que fue aplazada en fiestas por el temporal. Durante el encuentro gastronómico se repartieron más de 800 raciones de este plato entre los asistentes, junto al puente de hierro, en la zona donde se encontraba la carpa durante los festejos.

Los benicenses ponen el punto y final a los actos que se iniciaron el pasado mes de enero en honor a sus patronos Sant Antoni Abad y Santa Águeda.