Porque es de Moncofa, posee la piel tan fina que apenas se nota, tiene género femenino y es el sobrenombre de las mujeres de la localidad. Por ese cúmulo de motivos, el Consell ha bautizado como Moncofina la variedad de tomate que lleva décadas cultivando en el municipio Vicente Canós, alias El Ruso.

Esta nomenclatura sirve de reconocimiento a la trayectoria de este ilustre vecino, que ha estado 40 años desarrollándola y estudiándola en cada una de las plantaciones durante el más de medio siglo que ha dedicado de su vida a trabajar en el campo.

Hace alrededor de un año, cuando decidió colgar todos los aperos de labranza a las 77 primaveras, el agricultor lo tuvo muy claro y prefirió que el fruto que tanto había perfeccionado se sembrara por toda la región. «En vez de patentar este tomate, consideré que lo mejor sería donar la semilla a la Conselleria para que los agricultores de la Comunitat sigan cultivándola en el futuro», explica Canós, que también es el presidente de la Comunidad de Regantes de Moncofa, y cree que son los clientes los que han situado a la recientemente nombrada hortaliza entre las mejores.

Homenaje a una trayectoria

De hecho, cuando se jubiló, la Generalitat le hizo un homenaje por su implicación y dedicación al conocimiento de todo lo que conlleva la agricultura valenciana y Canós cedió su legado a los bancos de semillas de Vila-real y Alzira (València) para que su creación pueda cultivarse en el área del Mediterráneo.

El veterano agricultor cree que el origen de este cultivo se debe a una «mutación» que se produjo con la clase de tomate Valenciana, que también es muy conocida y trabajada en esta zona. «En su día, la hoy conocida como Moncofina la adopté porque tenía un exquisito sabor, una piel muy fina, una acidez bastante regular y, a la vez, un punto de dulzura que era totalmente diferente a lo que había en el mercado», explica.

Canós detalle que esta especie de fruto es sensible a algunas enfermedades, porque avisa de que hay que tener en cuenta que «no es un tomate estudiado por técnicos, sino que ha sido una espontaneidad de la naturaleza y tiene la potencia que ella misma necesita para desarrollarse». No obstante, sabiéndola manejar y dándole una plantación adecuada, con buena ventilación y no darle prisa para su explotación, «es suficiente, porque es una variedad de tomate muy agradecida».