El Club Almassora Balonmano, que preside el concejal popular Francisco Soriano, denuncia lo que consideran una «injusticia» por parte de la Concejalía de Deportes, que tras la formación del nuevo gobierno municipal dirige el concejal socialista Sergio Gómez, al pretender quitarles el derecho de uso de la oficina del campo de Boqueras, según señalan en las redes sociales.

Una pequeña sede que el consistorio concedió la temporada pasada a este colectivo, que cuenta con 160 deportistas, que ahora podrían perder debido a «una decisión política personal, sin negociación alguna, de forma arbitraria e injusta», tal y como remarcan las mismas fuentes.

Asimismo, lamentan ser «el club de deportes de equipo de la ciudad que menos subvenciones recibe por jugador federado, pese a ser el único que tiene el mismo número de equipos masculinos que femeninos». Y recuerdan que sus jugadores «deben abonar cuotas elevadas para mantener un proyecto infrafinanciado por el Ayuntamiento».

El Club Almassora Balonmano es uno de los afectados desde el 2016, junto al Atlètic Basket Almassora y el Club de Gimnasia, por el cierre del pabellón B del polideportivo de la Garrofera, debido a las obras del colegio Regina Violant. Una circunstancia que les dejó sin espacio de entrenamiento desde la temporada 2016-2017 para buscar soluciones alternativas a la espera de un nuevo espacio deportivo.

«160 miembros entrenan en instalaciones precarias y obsoletas», critican los afectados. El club, que tiene 12 equipos que representan al municipio en categorías autonómicas y nacionales, pide respaldo a su protesta. «No hay manera de crecer si no se apoya, no pedimos mucho», finalizan las mismas fuentes.