El Ayuntamiento de Almassora pone todo su empeño en agilizar la apertura del pabellón B del polideportivo la Garrofera, pero los clubs afectados --Atlètic Bàsquet Almassora y Club Almassora Balonmano-- no lo ven tan claro y se muestran incrédulos ante el reciente anuncio del inicio de la reforma de las instalaciones y su posible apertura en el primer semestre del 2020. Y no solo eso, después de tres años con las pistas cerradas, las familias, los niños y los entrenadores se muestras exhaustos ante las múltiples dificultades que están teniendo para poder entrenar.

En esta opinión coinciden Paco Soriano y Omar Masrour --presidentes de los clubs de balonmano y baloncesto, respectivamente-- quienes consideran que los plazos anunciados son «difíciles», cuanto no «imposibles» de cumplir. «Ojalá se abra pronto, pero no me lo acabo de creer», apunta Soriano, quien asegura que se podría haber dejado el recinto operativo mientras se llevan a cabo las obras del CEIP Regina Violant. A su vez, el presidente del Club Almassora Balonmano considera que el acceso por la calle Virgen del Socorro habría sido una opción para evitar el cierre temporal de las instalaciones, «lo que habría evitado el caos» que están «viviendo desde entonces».

Reubicación // Desde la clausura, cerca de 240 deportistas, de entre 4 y 18 años, han tenido que buscar un nuevo emplazamiento para los entrenamientos que, aún hoy, no están siendo de su agrado. Entre otras cosas, porque, como dicen Soriano y Masrour, se ha dado el caso que tres equipos han tenido que compartir pista. El presidente del club de básquet dice no querer «perder la esperanza», pero asegura que «solo comprar una pista nueva y colocarla lleva su tiempo».