El Ayuntamiento de Benicàssim ya está retomando el proceso de expropiación del recinto de festivales, tras haber quedado suspendido el último trámite en marzo por la declaración del estado de alarma, y prevé finiquitarlo dentro de tres meses. Para ello, los técnicos han preparado y enviado de nuevo las citaciones a los cerca de 40 propietarios de los terrenos para que acudan a cobrar los cheques al consistorio durante la primera semana de septiembre, según explicó ayer el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz. No obstante, «aquellos que deseen recibirlo antes pueden pasarse cuando quieran por el consistorio», según indicó el edil del área. De este forma, se hará entrega de las actas de pago y ocupación, y el recinto pasará a ser ya de titularidad municipal, tras un proceso que se está alargando cerca de dos años.

El equipo de gobierno pretende así poner fin a 20 años de alquileres de este espacio para la celebración de festivales, primero el FIB y después otros como el Rototom, el Sansan, el Benicàssim Electrònic Festival y otros nuevos que se incorporan a la agenda como el Sound of People, que iba a estrenarse este año pero que finalmente ha tenido que suspenderse por la pandemia del coronavirus. También se pretende acabar con la inestabilidad que suponía la dificultad para cerrar contratos a largo plazo con todos los propietarios y la incertidumbre de la disponibilidad del suelo para los promotores.

Con el suelo municipal el objetivo también será poder invertir para modernizar el espacio, que tras 20 años ha quedado obsoleto y necesita mejoras, así como la construcción de infraestructuras fijas que permitan consolidar un recinto de conciertos y eventos para todo el año. La compra de este suelo supone una inversión para el consistorio de más de tres millones de euros. El Ayuntamiento pidió un préstamo que amortizó rápidamente.