Un nuevo escollo superado. Las obras para estabilizar el litoral entre la Llosa y Almenara apuran los trámites y ya han conseguido resolver el que podía ser uno de sus grandes escollos: Las alegaciones por parte de la Generalitat. Se trata de unas observaciones importantes, pues el marco de actuación es contiguo a una zona que se encuentra protegida dentro de la Red Natura 2000 -la Marjal almenarense-- y que cuenta con microrreservas de flora, por lo que cualquier pero hubiera significado dilatar aún más esta reivindicada intervención.

Como ha podido saber este diario, en el proyecto ambiental de la dirección general de Medio Natural y Evaluación Ambiental del Consell durante el periodo de exposición pública del plan se da el visto bueno a la actuación y vía libre a la licitación y ejecución. Dos pasos que quedan en manos de la nueva ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

En principio, todo depende de la voluntad del Gobierno de Pedro Sánchez. Y es que el programa, valorado en 7,8 millones de euros, cuenta con consignación presupuestaria. Además, como señaló el ahora subdelegado en funciones, David Barelles, en su presentación técnica, también se había fijado ya una hoja de ruta, la cual establecía para finales de este año la licitación, de manera que las máquinas estarían trabajando a inicios del 2019.

LAS CARACTERÍSTICAS // El proyecto incluye la construcción de seis espigones: dos quebrados hacia el sur, dobles y emergidos, perpendiculares a la costa, en cada uno de los encauzamientos de las golas: la de la Llosa y la de Queral (esta última separará las playas de grava de Castellón y arena de Valencia); uno recto, perpendicular al frente litoral, a unos 1.100 metros de la gola de la Llosa; y tres rectos, perpendiculares a la playa, localizados dentro del tramo norte de la actuación.

En conjunto, sumará 1.000 metros lineales de escolleras. Del grueso de la inversión, unos seis millones se destinan a Almenara, donde urge actuar. Se reservan 300.000 euros para la Llosa.