La Conselleria vuelve a pasar la pelota al Ayuntamiento en el caso de la polémica rotonda de acceso a la Vall d’Uixó a la altura del barrio Carmaday. El presidente de la asociación de vecinos, Wenceslao Jiménez, y dos de sus integrantes estuvieron esta semana en el consistorio, donde entregaron su propuesta sobre el rediseño de la citada glorieta. «La Conselleria había planteado dos alternativas y nosotros les hemos devuelto una de ellas adaptada a los intereses de los afectados, que ante todo exigen alejarla al máximo de las viviendas», explica el concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Ferreres.

Sin embargo, el director general de Obras Públicas, Transporte y Movilidad, Carlos Domingo, señala que les han trasladado «una propuesta dibujada a mano por los vecinos que no se sabe si está avalada por el consistorio o si se considera técnicamente viable». Por ello, explica Domingo, «al ocupar la nueva infraestructura terrenos municipales, desde la Conselleria se está a la espera que el ejecutivo local envíe su propuesta ya avalada por los técnicos municipales en caso de que no haya aceptado ninguna de las dos alternativas planteadas».

Domingo afirma que «la actual rotonda del Carmaday que ejecutó el Consell se hizo con el visto bueno de los residentes y del consistorio, y consiguió los objetivos de uso que se plantearon, dando satisfacción a una vieja reivindicación de los ciudadanos, que pedían más seguridad y mejor acceso al barrio y a la parada de autobús». Así, afirma que «está funcionando perfectamente, aunque dada la actual disposición de nuevas parcelas expropiadas por el Ayuntamiento, el Gobierno autonómico y el consistorio acordaron mejorarla un poco más y desde Obras Públicas se han propuesto dos ideas, técnicamente viables, para que el municipio se pronunciara tras las consultas que estimase oportunas».

La presentada por los técnicos de Obras Públicas apenas aparta la pastilla central de los inmuebles. Idean un desplazamiento considerable, pero dibujan un mayor diámetro de la circunferencia central. Los vecinos prefieren ocupar un mayor número de metros en los solares que se expropiaron (aunque no se registraron hasta hace unos meses) y marcar una distancia de seguridad entre el carril de circulación y la vivienda más próxima.