Cerca de 130 euros al mes. Es el importe que una vecina de Torrechiva denuncia que debe asumir cada mes por el transporte y el comedor escolar de su hija, que estudia en un colegio de Onda. La menor es la única escolar del municipio a la que la Conselleria de Educación no le cubre estos servicios, lo que considera una injusticia y un agravio comparativo. De hecho, se da la circunstancia de que cada mañana, al bus que cubre el trayecto hasta Onda, en Torrechiva suben cuatro niños y su hija es la única que paga el billete. En total, 24,50 euros a la semana en transporte escolar, que se suman a los aproximadamente 30 euros del comedor. El motivo, «la falta de libertad de elección de centro», como denuncia la afectada. «Me dijeron que la niña tenía que ir al colegio Miralcamp y yo quise matricularla en el Pío XII», recuerda Cristina Amela, una madre soltera que llegó en verano del 2017 a esta pequeña población del Alto Mijares de apenas 70 habitantes y sin colegio, procedente de Barcelona, donde dejó a su hija con sus padres mientras ella buscaba un trabajo para salir adelante.

«Me puse a trabajar en un almacén de naranjas y después me salió la oportunidad de coger un bar en el pueblo, por lo que quise traerme a la niña; hablé con el Ayuntamiento y me informaron que tenían un convenio firmado con la Conselleria que cubría el desplazamiento y la comida, e hice las gestiones para matricularla este curso en el Pío XII porque ya es bastante cambio drástico cambiar de ciudad y, al menos, en ese centro conocía a algunos niños, cuyos abuelos viven en Torrechiva y se ven los fines de semana», relata la afectada. «Al comprobar que no me cubría ni el bus ni el comedor pensé en no llevarla unos días al colegio como protesta pero lo único que haría sería perjudicar a mi hija, que no tiene ninguna culpa», explica Amela, que no entiende por qué no pueden subvencionar el servicio. «En Torrechiva suben cuatro niños, tres que bajan en el Miralcamp y Mestre Caballero y mi hija; pero es que la siguiente parada es Toga, donde suben dos menores y uno de ellos sí va al Pío XII, por lo que no hay que desviar el trayecto del minibús», afirma.

Amela denuncia la falta de sensibilidad de la administración autonómica en su caso: «Tanto hablar de ayudas para evitar la despoblación en los pueblos más pequeños y a las familias que venimos de fuera, y en mi caso, siendo madre soltera, todavía lo tengo más difícil, cuando llega el momento no nos facilitan nada».

Ayuda del Ayuntamiento

Cristina Amela expuso su situación al Ayuntamiento, que se comprometió «a becar a la menor con entre 1.500 y 2.000 euros al año», como explicó el alcalde, el popular Esteban Salas. «La madre está trabajando en el pueblo y haremos un esfuerzo para ayudarla», comentó Salas, que pide la colaboración de Diputación. De hecho, el diputado Luis Rubio, manifestó que van a «presionar» al Consell. «Al parecer, hay un informe de la inspectora educativa de zona que dice que los niños de Torrechiva deben ir a partir de este curso al Miralcamp, pero ¿dónde queda la libertad de elección?», añadió Rubio.