Será cuestión de dos meses. Ese es el plazo establecido por la empresa encargada de instalar un ascensor que «después de casi un siglo desde su construcción hará accesible el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó», según manifestó ayer la alcaldesa, Tania Baños.

Esta semana comenzaron unos trabajos que acabarán con una discriminación histórica, la que impedía a las personas con problemas de movilidad acceder a servicios esenciales de la Administración local, como son la Alcaldía, el departamento de Secretaría o el salón de plenos.

«Hay vecinos que no saben cómo es este edificio por dentro, salvo por la planta baja», dijo la munícipe. Y es así porque una gran escalera impide que ciudadanos con diversidad funcional sorteen una de las barreras más significativas por lo que respecta a los inmuebles municipales.

DAR EJEMPLO / Para la primera edila «nunca es tarde para dar pasos hacia delante» y este sería un ejemplo de la necesidad de que «los poderes públicos nos apliquemos las medidas que exigimos a los ciudadanos», en referencia a la obligatoriedad de quienes realizan reformas en casas, comercios o empresas de cumplir con la normativa de accesibilidad, si quieren conseguir las preceptivas licencias y permisos.

Como los usuarios de la Casa de la Vila han podido comprobar, la intervención empezó por la excavación del hueco en el que se asentará la instalación, como paso previo a las tareas de colocación de la estructura de un ascensor de doble puerta, que conectará la planta baja con la totalidad de los pisos superiores.

El presupuesto del proyecto asciende a 70.000 euros y permitirá «dignificar» un emplazamiento que «debe ser un referente para todos los valleros». Entre otros detalles, Baños incidió en una cuestión obvia: la propia edificación impedía la posibilidad democrática de que cualquier persona con movilidad limitada «pudiera ser concejal, porque no podría acceder a su ayuntamiento», una circunstancia que, previsiblemente y salvo imprevistos, formará parte del pasado de la localidad.

OBSTÁCULOS // El plazo de ejecución fue un inconveniente para adjudicar esta obra. Cuando se licitó en primera instancia, a finales del año pasado, ninguna empresa presentó su oferta porque no cuadraba el periodo de conclusión para el tipo de trabajo exigido. Este inconveniente fue salvado administrativamente y, aunque con meses de retraso, la reforma ya está en marcha.