La Perla de la Muntanya continuará este lunes su desescalada, pero ahora lo hará en la fase 1, como toda la provincia. Es un motivo de esperanza después de un tiempo de numerosas restricciones e incertidumbres. El alcalde de Llucena, David Monferrer, muestra su particular satisfacción por este avance, pero insiste en que «no por ello hay que bajar la guardia y ser conscientes aún de lo que está pasando. Cumpliendo por encima de todo con las normas y medidas de seguridad».

El munícipe tiene claro que «será un verano diferente» para un pueblo tan turístico y que «resultará muy complicado hacer eventos festivos» como los que estaban acostumbrados a presenciar. «Todo dependerá de cómo hagamos los deberes ante el virus», añade.

Desde el comienzo del estado de alarma tomaron medidas muy exigentes y las viviendas tuteladas, donde residen un numeroso grupo de ancianos, cerraron sus puertas a cal y canto, y la comunicación con los de fuera se limitó a las videollamadas.

Las primeras decisiones fueron clave para no tener que lamentar después graves consecuencias. Desde el minuto cero se pusieron manos a la obra. Las concejalas, entre ellas Erika Escrig y Elena Balaguer, comenzaron a repartir mascarillas por las casas, y llevaron alimentos y medicinas a quienes lo pedían. Los trabajadores municipales iniciaron labores de desinfección diaria, que aún mantienen. Un trabajo apoyado por la delegación de la Cruz Roja. Sin olvidar a las entidades locales como, por ejemplo, la asociación de amas de casa, que confeccionó mascarillas artesanales.

Después de estos dos meses de confinamiento, los vecinos intentan volver cuanto antes a la normalidad. En la panadería El Forn de Pepa, Norma atiende a sus clientes y ya prepara cafés para llevar. Y en la Carnicería Manolo, su responsable sigue con la rutina del día a día, prestando el servicio de alimentos básicos.

En unas semanas, y ante las fases que se avecinan, que permitirán la movilidad a segundas residencias, es muy probable que este municipio de l’Alcalatén reciba a vecinos que regresen a su lugar de origen. «La gente se ha dado cuenta de que en los pueblos, a pesar de casos muy concretos, el número de contagios ha sido menor», destaca el primer edil.

El trabajo de todos ha sido evidente. Pero, sobre todo, la gente ha sabido comportarse durante las semanas de confinamiento. El agradecimiento del Ayuntamiento es palpable a través de un vídeo que corrió como la pólvora elaborado por los vecinos. «Gracias a quienes han estado y siguen velando por nuestra salud y nuestro confort», concluye Monferrer.