Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio, tras estudiar los informes encargados por la Conselleria de Cultura sobre las obras de restauración de la fachada norte de la iglesia de Artana, han decidido ratificar la autorización dada al proyecto original (supone el enlucido del muro) y deja en manos del obispado de Segorbe-Castellón la decisión de atender o no las sugerencias realizadas por los especialistas consultados.

El Consell Valencià de Cultura (CVC), a petición de los vecinos, y la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos mostraron su consideración de respetar los vestigios históricos hallados desde sus particulares visiones, pero en ambos casos consideraban que era de interés dejar a la vista los elementos que documentan las diferentes fases de construcción del edificio. No ha trascendido la postura que aportó la Universitat Jaume I.

Con estas propuestas, la conclusión de Patrimonio es clara: «La cubrición o enlucido inicialmente proyectado de la sillería o aparejo de otras épocas jamás puede llegar a poner en peligro o comprometer los valores de los que se deriva el reconocimiento patrimonial del inmueble». Una afirmación que matizan, al señalar que «el promotor, facultativamente, podrá modificar el enlucido inicialmente previsto y sustituirlo por una revoco de mortero enrasado, de coloración terroso». En conclusión, la última palabra sobre si incorporar o no las sugerencias al proyecto encargado y redactado por el arquitecto Víctor Masip la tiene la propia Iglesia.

Opciones de futuro

Entre las opciones que le plantean está, como apuntaban el CVC y la Real Academia de Bellas Artes, dejar a la vista «los mampuestos más sobresalientes», citados en las conclusiones hechas públicas por Cultura. Y como aconsejaba la segunda institución, entienden que «sería adecuado a nivel didáctico la colocación de carteles explicativos de las fases constructivas y elementos aparecidos en el muro».

La Conselleria ha adoptado así una decisión salomónica, con la que conciliar las dos posiciones en litigio: la del obispado, con un proyecto que planteaba cubrir por completo el muro, y la de los vecinos, que quieren dejarlo al descubierto en su totalidad.

Los técnicos de Patrimonio advierten de que no pueden revocar la autorización inicial, «porque no se han dado circunstancias sobrevenidas que pudieran hacer variar su sentido y comprometer los valores patrimoniales detectados y el de la licencia municipal», precisan sobre su decisión.