Agentes forestales y ecologistas auguran un aumento de los efectos de la procesionaria del pino --una plaga autóctona-- durante este inicio del 2016, en los pinares del interior de la provincia. Las altas temperaturas mínimas registradas han acelerado el ciclo y las orugas ya miden entre 2 y 3 centímetros, lo que se traduce en un incremento de su voracidad y son capaces de defoliar intensamente los árboles de los bosques castellonenses, especialmente, de las pinadas situadas por encima de los 800 metros de altitud.

Morella, Vistabella, Villahermosa, Xodos, Benafigos son algunos de los términos municipales más afectados por los efectos de esta plaga y no es difícil contemplar montes convertidos en bosques caducifolios por su voraz apetito.

Asimismo, los ecologistas recuerdan que aunque menos del 5% de los árboles mueren por la procesionaria, la defoliación sí debilita a los ejemplares y facilita el ataque posterior de otro tipo de plagas, como puede ser el tomicus, que sí que es mortal para los árboles. De hecho, Francisco González, del Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen), aboga por una gestión más adecuada de la estructuración forestal de la provincia. “Además de las condiciones climatológicas, que influyen en el hecho de que el ciclo se adelante, es conveniente realizar acciones de gestión forestal para que no se repitan extensas masas de pinos, que no son por medios naturales, pues cuando una plaga las sacude, afecta al 100% de los ejemplares”, comentó.

Por su parte, los agentes forestales destacan que, a pesar de que la plaga esta siendo más virulento que en los últimos años, el grado de infestación todavía no ha alcanzado el nivel máximo y no se prevé que vaya a suceder.

“No se trata de una situación catastrófica, aunque las orugas ahora están en estadios elevados y, al ser más grandes, defolian bastante los pinos” y los efectos todavía se prolongarán en este arranque de ejercicio. “Cuando lleguen las primeras heladas, algunas morirán y otras volverán a sus bolsones, donde pueden permanecer a bajas temperaturas, hasta que llegue mejor tiempo y siga el ciclo reproductivo”. H