La pasión del vinarocense David Buch por el amplio y complejo mundo de la sumillería surgió de una manera natural. A partir de sus estudios de hostelería, se sintió atraído por el universo de sabores y olores relacionado con el arte del vino. Una afición que le ha llevado a convertirse en el mejor sumiller de Castellón y a participar en el concurso a nivel nacional.

"Esta labor no se me daba mal, así que seguí adelante", explica. Este primer paso fue decisivo para que este joven dedicara dos años de su vida a estudiar en el curso de la red del Centro de Turismo para la Cualificación Profesional (CdT) de la Comunitat Valenciana. Desde entonces, no ha dejado de asistir a catas, charlas alrededor del mundo de los mejores caldos y también, ha realizado investigaciones por su cuenta.

Claves del éxito

El elegido como mejor nariz de la provincia destaca que las principales características que ha de tener un buen sumiller son "un olfato y un gusto muy agudizados", aunque también indica que debe poseer "memoria, práctica, paciencia y trato amable con el cliente al que se muestra el arte del vino y otras competencias". Fundamentalmente, remarca, tiene que tener "un sexto sentido".

Una sensibilidad mágica e intuitiva que, unida a la experiencia adquirida tras años dedicados al estudio y a catas, han logrado que en el tercer año que se presenta a una prueba de estas características, David se haya alzado con el primer premio

De esta manera explica este importante logro: "La primera vez no llegué a clasificarme, pero el año pasado fue mucho mejor y conseguí ser finalista del concurso en Madrid".

Buch sigue viviendo en la ciudad que le vio nacer, Vinaròs, aunque su carrera profesional transcurre actualmente en la Ribera de Cabanes, en el restaurante Casa Tere.

Es este el lugar desde donde desarrolla todo su buen arte como maitre y sumiller atendiendo a los clientes del establecimiento, trabajo que compagina con la docencia de enología y viticultura en el CdT.

El campo de acción profesional de un sumiller, tal y como explica David Buch, suele ser "francamente amplio dentro del mundo de la hostelería".

Y es que él mismo es el encargado de "supervisar la bodega, gestionar entradas y salidas y en sala, aconsejar correctamente al cliente ante cualquier duda ocurrente".

El joven sumiller plantea su futuro desde un enfoque profesional, ya que quiere dedicarse a "machacar los sentidos al 100%: catar, catar y catar".

Y ¿qué pasará si gana el concurso Nariz de Oro 2008 a nivel nacional? En este sentido, David lo tiene claro: "Antes que nada debo ir a Madrid los próximos 21 y 22 de junio a la gran final, aunque estoy plenamente motivado". "Después de ello, seguiré con mi vida tal y como ahora", concluye.