La plaga del cotonet lleva de cabeza a los citricultores de Castellón. Víctor Viciedo, agricultor de Vila-real que posee también campos en l’Alcora y Onda, explica las graves consecuencias que puede tener este problema importado desde Sudáfrica en la fruta autóctona: “El cotonet se ha disparado desde que la Unión Europea prohibió el uso del fitosanitario metil clorpirifos, que es el único cuya eficacia está probada contra la plaga. Hay algunas fincas que no tienen ni una mandarina por esta causa y yo tengo el 10% de la producción afectada en una finca, pero esta merma irá en aumento porque ha estado todo el verano trabajando libre sin ningún producto que lo combatiera y la próxima temporada puede ser un desastre si no se remedia antes”.

En el vídeo que acompaña esta información, Víctor Viciedo apunta al ministro de Agricultura, Luis Planas, a quien le exige que tome cartas en el asunto. “La responsabilidad es suya porque si, como ha hecho Italia, hubiera aprobado de forma excepcional el uso de este fitosanitario no estarían afectadas 80.000 hectáreas de fruta. El ministro nos dice que somos responsables y que no es una plaga de cuarentena para no indemnizarnos, así que no nos queda otra que pedir su dimisión porque está arruinando la agricultura y al país”, denuncia el citricultor, al tiempo que prosigue con su alegato de la siguiente forma: “Tanto que se llenan la boca de ecología, este problema hará que los huertos se abandonen, desertizando aún más nuestra Comunitat, puesto que el 50% de la renovación del aire viene de nuestros campos. Las consecuencias serían tan dramáticas como las del peor incendio”.

Víctor Viciedo, que junto a otros compañeros de la provincia de Castellón ha elevado esta petición a la UE, tiene claro quién es el causante de la expansión del cotonet: “El ministro está emperrado en no conceder el permiso excepcional del fitosanitario que solucionaría el problema. Con tres meses usándolo de nuevo sería suficiente, pero dice que los agricultores nos tenemos que apañar y correr con los gastos”. Afirma el citricultor que “en un primer momento permitió que llegara la plaga al no importar fruta con el tratamiento en frío que habría matado el insecto. Después, en la frontera los controles para no entren plagas son, como hemos podido comprobar, muy laxos. Y para rematarlo, nos deniega el uso del metil clorpirifos”.

Afirma por último que las alternativas que se han planteado se han comprobado ineficaces: “Se nos propuso el uso de trampas con feromonas, pero no estaban probadas, ni preparadas. Se ha demostrado que su efectividad es del 20% y su coste, inasumible por el agricultor, pues para cubrir una hectárea habría que gastar entre 2.500 y 3.000 euros”. Otra alternativa planteada, desvela Víctor Viciedo, es el uso de “un parásito experimental, pero estuvimos en una reunión en la que hasta los técnicos nos reconocieron que no saben la respuesta que tendrá en el campo, así que nos usan como banco de pruebas. Basan su estrategia y nuestro futuro en la suerte”. Es por ello que ante esta situación desesperada solicita al ministro Planas “que pida la autorización excepcional que salve la próxima temporada. Se lo permite la ley y existen precedentes”.