Alrededor de medio centenar de personas se concentraron en la entrada del puerto de Burriana contra el envenenamiento y persecución de las colonias de gatos. La manifestación congregó a representantes de protectoras, pero también a personas que, de manera independiente y altruista, habitualmente dan de comer a los felinos.

Estas situaciones, alertan, «se producen desde hace algunos años», pero han decidido hacer visible ahora su malestar. De ahí, el acto que tuvo lugar el domingo, precisamente día que la localidad festejaba al patrón de los animales, Sant Antoni.

Una de las ciudadanas que participó en la protesta fue Paloma Ábalos, quien explicó que «queremos reivindicar que se implante el proyecto CES: captura, esterilización y suelta de los gatos». Asimismo, el colectivo del que forma parte persigue una modificación en la actual ordenanza municipal en lo referente a dar de comer a animales en la vía pública, «para conseguir que la gente deje de amenazarnos a quienes lo hacemos», remarcó Ábalos.

Paloma realiza a diario unos 100 kilómetros, entre ida y vuelta, para dar de comer a felinos: «Es una tortura. Tengo que salir de madrugada porque te insultan y amenazan». A base de trasladar gatos que cree enfermos al veterinario, ya sabe cuáles son los síntomas del envenenamiento: «Pulverizan la comida que ponemos, tiran aceite de motor e, incluso, les tiran piedras», dijo.

Reunión con el Ayuntamiento

Por lo pronto, han conseguido una reunión con el Ayuntamiento para conocer de primera mano su postura y abordar las peticiones para cambiar la norma.