La apuesta de la Diputación de Castellón por la sostenibilidad en los municipios de la provincia deja un balance de 6.000 millones de litros de aguas residuales depuradas durante el 2018 en 99 municipios de la provincia. Este servicio por el medio ambiente, que realiza el gobierno provincial junto a Facsa, se presta a un cómputo global de 63.582 habitantes censados del la provincia.

El diputado provincial del Ciclo Integral del Agua, Juan Bautista Juan, explica que el servicio de depuración de aguas negras «es fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades en todo el territorio y, por supuesto, con el respeto y cuidado al entorno natural». El diputado defiende también que las instalaciones requieren de una importante inversión para poder realizarlas y mantenerlas. «Son instalaciones poco vistosas, pero resultan indispensables para seguir mejorando la calidad de vida en el medio rural de la provincia de Castellón», argumenta Juan.

Control de vertidos / En colaboración con los ayuntamientos, incrementaron las tareas de control para evitar que los vertidos industriales acaben en la red de alcantarillado. En concreto, en Vall d’Alba se puso en marcha un servicio especial de control que opera como policía de vertidos y permite garantizar el adecuado cumplimiento de las ordenanzas municipales en esta materia.

A destacar que el funcionamiento de las estas instalaciones alcanzó un rendimiento medio del 95% y su continuo funcionamiento evitó el vertido al medio ambiente de materia orgánica y de sólidos en suspensión.

Durante el año pasado pusieron en marcha dos nuevas instalaciones, ubicadas en las localidades de Barracas y Xodos, a las que en el 2019 se sumarán otras dos en Argelita y Matet. Según el gobierno provincial «junto al incremento en el número de instalaciones resalta que el servicio también ha evolucionado en la calidad de tratamiento de las aguas residuales, al aumentar los rendimientos de depuración».