El Ayuntamiento de Almassora ha descartado definitivamente el uso de la carpa instalada con motivo de las fiestas de Santa Quitèria, que el pasado domingo llegaron a su fin, para entrenamientos y partidos con el objetivo de dar una solución provisional a los clubs afectados por las obras del pabellón B de la Garrofera.

Fuentes municipales confirman este extremo, incidiendo que esta idea tan solo era una de las opciones que manejaron para resolver momentáneamente la situación y que descartaron al aprobarse la construcción de una nueva instalación con capacidad para dos pistas de baloncesto y de balonmano, que anunció el equipo de gobierno a finales de abril.

Esta infraestructura, según señaló en su día el consistorio, se situará junto a la piscina municipal y está enmarcada en el plan de ampliación de los equipamientos deportivos del municipio.

Las mismas fuentes apuntaron que, del mismo modo, la propuesta de dar uso al Recinte Fester para esta finalidad también se rehusó, tras conocer el rechazo de los clubs que estaban afectados, tal y como manifestaron a Mediterráneo los representantes del Club Balonmano Almassora y el Atlètic Bàsquet Almassora.

Desde esta parte se abogó, ya entonces, por la ejecución «urgente» de un nuevo polideportivo ante la carencia de espacios para llevar a cabo los entrenamientos y programar los partidos.

PREOCUPACIÓN // De hecho, desde la directiva del Club Almassora Balonmano pusieron de manifiesto el miércoles, en una conocida red social, su «preocupación por la situación de las instalaciones que hay en Almassora».

En este sentido, lamentan el estado en el que se encuentra el pabellón B. «Nuestros jugadores, más de 150, entrenan en una situación lamentable. Al aire libre, pistas de colegios e institutos. Cuando llueve, se suspenden las clases», relataron. Además, señalaron que los equipos que acuden al polideportivo, lo hacen «amontonados, compartiendo pista y, en ocasiones», tienen hasta «35 niños en un mismo espacio».