Ahora que las medidas de confinamiento empiezan a amainar, puede decirse que los residentes de Moncofa están cumpliendo con nota el estado de alarma. Así lo atestigua su alcalde, Wenceslao Alós, quien agradece «sumamente el buen comportamiento de los vecinos, porque han asumido de manera positiva que no se podía salir de casa, salvo para las compras semanales de alimentos o los productos farmacéuticos».

Además de la mayor flexibilidad horaria que permite la entrada en la fase 1 a los municipios de menos de 10.000 habitantes, llegar a este primer nivel de la desescalada ha supuesto recuperar la vida en la calle, como la apertura del mercado ambulante, que se está llevando a cabo con todas las medidas de seguridad e higiene previstas, y también en la hostelería y numerosos comercios.

El mercado ambulante ya ha podido volver a la localidad, extremando las precauciones.

Bien lo sabe Irene Romero, una de las propietarias de la tienda de ropa Oh la là, que desde el pasado lunes puede abrir ya sus puertas sin cita previa. «Durante el tiempo que hemos tenido el local cerrado, hemos trabajado en las redes sociales para que los clientes pudiesen conocer el producto que podíamos ofrecerle e incentivar las compras on line», destaca, a la par que reconoce que costará bastante acostumbrarse a esta «nueva manera de trabajar».

Irene Romero, copropietaria de una tienda de ropa, ya puede abrir sin cita previa.

La inmersión en la fase 1 también ha permitido que muchos puedan hacer tareas de limpieza en su segunda residencia, unos trabajos aplazados por el estado de alarma. Es el caso de Juan José López. «En pocos días hay que dejar la vivienda en perfecto estado de uso para poder pasar con normalidad los meses estivales», comenta este vecino de Moncofa.

Juan José López aprovecha la fase 1 para poner a punto su segunda residencia.

Pero para poder llegar hasta aquí ha hecho falta mucho trabajo sucio por parte del Ayuntamiento, que ha desinfectado diariamente las calles para evitar contagios y ha repartido miles de mascarillas a los vecinos, empezando por los que tenían que desplazarse por la mañana fuera de la localidad para trabajar, además de dar pantallas protectoras a los establecimientos.

Agentes entregan mascarillas a los vecinos que se desplazan fuera de la localidad por trabajo.

Y, para que todo esta ingente labor realizada durante estos meses no sea en vano, el alcalde recuerda que hay que mantener la cautela. «Ahora que tenemos más libertad de movimientos, no podemos bajar la guardia y todos tenemos que ser conscientes de que el virus aún está descontrolado», recalca el primer edil.