Tras las pesquisas realizadas por la Guardia Civil, después de la oleada de robos en iglesias y ermitas de la provincia de Castellón, que se saldó desde el inicio del año con siete casos en tan solo 10 días, agentes de la Benemérita detuvieron a un individuo, al que se le relaciona con alguno de los asaltos a los templos.

El último de los sucesos en edificios religiosos se produjo en la ermita de la Virgen del Pilar de Ludiente, propiedad de la parroquia, que los cacos saquearon, pasando a sumarse las acciones de este tipo llevadas a cabo por los ladrones en otros lugares de culto de la provincia, como son la parroquia de Nuestra Señora de Ares, en esta localidad del Maestrat; en la de la Natividad de Villahermosa del Río; o en la ermita del Calvario, en Borriol, de donde, tras destrozar las puertas, sustrajeron cables y focos que la asociación cultural Nueva Jerusalén utiliza para la representación de la Pasión de Cristo, durante las celebraciones de la Semana Santa.

La parroquia de El Salvador de Eslida también fue objetivo de los delincuentes y, aunque no se llevaron objetos de valor, sí que dejaron daños materiales.

Asimismo, hace unos dos meses, los amigos de lo ajeno ya violentaron el ermitorio del Castillo de Villamalefa; y, hace casi cuatro meses, hicieron lo propio con la ermita de Zucaina.

Con todo, la Guardia Civil continua la investigación para dar con más autores de estos hechos.