El 5 de junio del 2009, el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó puso en marcha el sistema de aparcamiento mediante zona azul. Entonces gobernaba el Partido Popular. Diez años después, el pago por aparcar en la vía pública desaparece. Este fue el anuncio que realizaron ayer los portavoces del tripartito que gobierna en la localidad, en una comparecencia conjunta en la que confirmaron lo que ya anunciaron en mayo del 2018 en una comunicación similar, en la que avanzaron que no iban a renovar la concesión. A diferencia de lo sucedido con otros contratos de servicios públicos, en este caso, el ejecutivo local solo ha tenido que esperar a su conclusión. Si bien existía la posibilidad de prorrogar el acuerdo inicial por una década, el pleno municipal ya acordó y notificó a la firma que este supuesto no iba a producirse, de manera que la extinción del mismo se ha producido de una forma natural.

Tania Baños (PSOE), Antonio Llorente (EU) y Fernando Daròs (Compromís) ratificaron ayer lo que se apuntó hace casi un año, cuando eliminaron la zona azul en la plaza del Centro, como consecuencia del comienzo de las obras de peatonalización.

En aquel momento, la tesis que manejaban era la necesidad de estudiar qué iba a suceder tras la finalización del acuerdo, reducir las zonas afectadas por este sistema de pago o eliminarlas. Casi 12 meses después no hay respuesta. Según los representantes del gobierno municipal, deberá ser el equipo de gobierno que entre en el Ayuntamiento tras las elecciones del próximo mayo el que decida cuál es su mejor modelo.

PROPUESTA CONSENSUADA / Que la desaparición de la zona azul llegue a dos meses de los comicios municipales tiene que ver con los plazos que marca el contrato. Así lo hicieron saber Baños, Llorente y Daròs, quienes incidieron en que, sea cual sea la medida que se acuerde a partir del próximo junio, debería consensuarse entre los diferentes partidos políticos, los comercios y los vecinos.

Hubo un aspecto destacado en su intervención para detallar las consecuencias de este nuevo escenario. Los tres pusieron el acento en que la zona azul, a diferencia de lo que pudiera creerse, no era un servicio público por el que «mucha gente pensaba que el Ayuntamiento recaudaba». Más bien resultaba lo contrario.

Tal y como estipulaba el contrato adjudicado hace diez años, la prestación costaba dinero al consistorio. «Cada mes se pagaban 1.800 euros a la empresa en compensación por la ocupación de la zona azul los viernes de mercado». Igual sucedía durante les Penyes en Festes o cualquier otra celebración que afectara a las calles reguladas por este sistema. De manera que abonaban los vecinos por aparcar y el Ayuntamiento, cuando no se podía. Además, aún hoy gran parte de estos espacios no se ocupan, dado que los usuarios evitan así pagar por dejar sus coches en la calle.