Ayer era Domingo de Ramos. En el calendario litúrgico católico no es cualquier día. Es la festividad que da inicio a la Semana Santa. Una celebración, la del 2020, que pasará a la historia porque será recordada como aquella que se vivió --como tantas otras iniciativas y festividades en esta crisis sanitaria-- desde los balcones.

El párroco de la Vilavella, Mosén Ignasi del Villar, subió solo y en silencio hasta lo alto de la ermita de Sant Sebastià, donde se ven las terrazas de toda la localidad y, desde allí, bendijo las palmas y ramas que los vecinos mostraban desde sus casas. Este acto, tan triste --por la orfandad de las calles vacías de devotos-- como emotivo, fue solo un ejemplo de los múltiples que se vivieron ayer a lo largo y ancho de la provincia de Castellón.

En Vila-real, convocados por el Ayuntamiento y la Junta Central de Semana Santa, los vecinos hicieron sonar una estruendosa e intensa tamborada que se expandió por las calles de la ciudad con la voluntad general de no olvidar que estar en casa no encierra los sentimientos de vivir en unidad estos días.

En la Vall d’Uixó, Nules, Segorbe y Altura, como en otras tantas localidades con similar iniciativa, las palmas confeccionadas con materiales improvisados --lo que cada cual encuentró en casa-- decoraron las fachadas junto a los extendidos arco iris, amenizados en algunos casos con ideas más lúdicas, como los vermuts balconeros convocados para el mediodía en Canet lo Roig o Sant Jordi.

En Vinaròs, la iglesia de Santa Magdalena creó en Facebook un grupo especial para que los vecinos pudieran colgar fotografías con su particular celebración de la jornada festiva, una iniciativa que se complementó con imágenes antiguas del Domingo de Ramos en esta localidad.

En l’Alcora, los integrantes de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario colgaron el cubretambor rojo en las fachadas, al tiempo que el resto de los alcorinos mostraban sus palmas.

En Peñíscola, tras una bendición virtual de palmas hubo una tamborada a cargo de la Associació de Bombos i Tabals; mientras que en Benicarló los vecinos salieron con cirios a las ventanas, al caer la tarde, al paso de las patrullas de Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja que recorrieron el itinerario de la bajada del Cristo del Mar.

Los tambores también sonaron desde los balcones en Benicàssim, donde van a realizar las misas de estas fechas en directo, a través de las redes sociales. Informan: J. Flores, Mª J. Sánchez, J. Nomdedeu, E. Bellido.