Las costumbres ligadas a la religiosidad popular centraron ayer la celebración del día grande de las fiestas patronales de Almenara. Los actos centrales fueron el tradicional traslado de la imagen de la Mare de Déu del Bon Succés, desde su propia capilla hasta la iglesia parroquial de los Santos Juanes, mientras que, por la tarde, fue el momento de la procesión con la peana llevada a hombros por el grupo de quintos que en este 2018 cumplen 25 años desde que protagonizaron sus festejos.

El recorrido estuvo repleto de vecinos y visitantes, como muestra de la gran devoción que profesan por la Virgen. Con anterioridad, se llevó a cabo la misa vespertina, en una iglesia abarrotada de feligreses. Tanto los quintos de esta edición como los del año 1993 honraron a la patrona con una ofrenda de flores. La asociación de tambores y bombos, así como la banda de música local, acompañaron con sus interpretaciones este trazado. Por otro lado, se disparó un espectacular castillo de fuegos artificiales.

PROPUESTA CULTURAL / La noche fue el momento de Almenara ressona, Almenara sent, del poble i per al poble, en el auditorio, dirigido por Claudio Rebollar y Pilar Forner, con la colaboración de diferentes entidades del municipio.

Hoy es el turno de la fiesta de Sant Roc, con el traslado a la parroquia y la ofrenda de los festers, que entregarán frutas y verduras a los más necesitados. Por la tarde, se desarrollará la procesión por el recorrido de costumbre. Ya en la medianoche, el auditorio municipal será el marco de un tributo a Joaquín Sabina, titulado Pacto entre caballeros.