La procesionaria ya ha entrado en escena en Alcossebre y este año lo ha hecho más pronto que nunca, a principios de enero. Según señalan los expertos en plagas, el calor y las intensas lluvias registradas el pasado mes de diciembre, que arrastraron los productos fumigados, han favorecido la eclosión de estos nidos en la zona litoral del Baix Maestrat.

El concejal de Medio Ambiente de Alcalà de Xivert, José Ángel Traver, confirmó ayer a Mediterráneo que «han comenzado ya a verse las primeras bolsas, especialmente, en pinos que pertenecen a terrenos privados». Tras la plaga registrada de la pasada primavera, el Ayuntamiento puso en marcha un tratamiento de feromonas en espacios públicos y, especialmente, en aquellas zonas frecuentadas por vecinos y visitantes, tales como paseos y parques infantiles. Una iniciativa que, según apuntó Traver, resultó «efectiva entre el 80 y 90% de los casos». Sin embargo, no fue posible aplicar el tratamiento en espacios privados, en los que ahora se aprecia una mayor presencia de bolsas, un hecho que algunos vecinos han puesto de manifiesto a través de redes sociales.

Ese es precisamente el caso de un terreno situado en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de Alcossebre. El edil de Medio Ambiente advirtió, aún así, que «las orugas de procesionaria no bajarán de los árboles hasta que no suban las temperaturas y esperamos que no haya una presencia tan grande como el año pasado, cuando el invierno fue más suave de lo normal».

Los nidos se han dejado ver también en los pinos del parque natural de la Serra d’Irta. Al respecto, el concejal incidió en que se van a poner en contacto con la Conselleria de Medio Ambiente, que tiene las competencias en dicho espacio, «para analizar las medidas que han tomado en los últimos meses y qué previsiones tienen para la primavera».

UNA LARVA MÁS FUERTE / El presidente de la sectorial joven de Fepac-Asaja y experto en prevención de plagas, Héctor Molina, explicó a este diario que el cambio climático está favoreciendo la expansión de la procesionaria, «que se adapta a las condiciones climatológicas de buen tiempo y comienza a aparecer antes».

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional Arca Ibérica, Juan Luis de Javier, incidió en que, aunque toda la zona se fumigó en septiembre y octubre, «la larva es ahora más fuerte que el producto y resiste más». En este sentido, añadió que «las lluvias torrenciales que cayeron en diciembre arrastraron el producto y favorecieron la supervivencia de la procesionaria, cuyos nidos comienzan a verse ahora».

Vistabella, Xodos, Benafigos, Villahermosa y Morella son algunos de los términos que más sufrieron la plaga el pasado año, uno de los más virulentos. Las altas temperaturas registradas desde finales del otoño aceleraron el ciclo y las orugas defoliaron pinares. La procesionaria rara vez produce la muerte de los pinos, pero sí los debilita, abriendo el camino y facilitando el ataque de posteriores plagas. En casos de defoliaciones repetidas y cuando afecta a ejemplares jóvenes o que crecen en suelos pobres pueden llegar incluso a matarlos.