El paseo peatonal que une Nules y Mascarell, cuyas obras finalizaron hace poco más de un mes, vuelve a presentar una zanja que lo atraviesa en su totalidad, en la que se colocará la nueva canalización del agua potable que unirá la pedanía con la red general de la localidad, tal y como explica ayer el edil de Urbanismo, Adrián Sorribes. Señala que el Ayuntamiento se ha visto obligado a volver a abrir el eje (en la zona de tierra) porque debían «esperar el informe de Cultura», dado que el poblado amurallado y su entorno están afectados por la protección como bien de interés cultural (BIC). El ritmo de los trabajos tampoco avanza con la normalidad de cualquier intervención similar «porque tiene supervisión arqueológica».

De cualquier modo, el alcalde, David García, asegura que el compromiso con la empresa es que «el tramo que afecta al mercado esté acabado antes del domingo», el día de venta.

Sorribes detalla que, en su momento, la conexión de la canalización se hizo «en línea recta, atravesando parcelas privadas». Con este proyecto se garantiza que transcurra en su totalidad «por una estructura pública», lo que asegura la eficacia de las intervenciones en caso de averías.

El edil recuerda que la urbanización del paseo peatonal la ejecutaron los alumnos de un taller de empleo «y debía realizarse en los plazos establecidos para justificar la subvención», dice.