Un tramo de muralla que recae en la Plaça de Bous de Peñíscola amaneció, hace tres meses, con una pintada realizada con espray. Lamentablemente, no era la primera vez que ocurría un hecho similar, pero sí de las pocas en las que la acción vandálica tenía lugar en un lugar tan céntrico.

Al final, el grafito se eliminará la semana próxima, según indica el concejal de Servicios, Alfonso López. «Hemos tenido que esperar a obtener una respuesta de Patrimonio del Estado, sobre el método más adecuado para proceder al borrado, sin que afecte a la piedra ni altere el valor patrimonial», añade. La opción elegida será con una máquina que, con el uso de agua y arena a presión, deberá quitar el rastro de la pintada efectuada por los gamberros. Una acción que el edil confía que será rápida y que logrará devolver a la normalidad este rincón, que durante los meses de verano es una zona de paso para miles de turistas.

López comenta que la medida forma parte de la contrata de limpieza viaria, aunque calcula que el coste aproximado de una operación de estas características «ronda los 250 euros», dinero que se habría ahorrado si no se hubiera alterado el aspecto de la fortaleza. Un ataque que en su momento contó con numerosas muestras de reprobación y del que se desconoce la autoría.

Hace unos años también se tuvo que intervenir contra unas pintadas en el paso de ronda entre la plaza Santa María y el portal de Sant Pere.