La visita del director británico Ken Loach a la localidad turolense de Mirambel, donde hace 25 años rodó la conocida película Tierra y libertad, así como en escenarios localizados en la comarca de Els Ports, fue un baño de masas por parte de los vecinos y también de una representación del elenco de actores que participó en aquella película, entre los que estuvo Rosana Pastor (Blanca) y Raffaele Cantatore, morellano llegado de Italia, quien tuvo un papel secundario con diálogos, al encarnar a Garibaldi, un miliciano italiano que se alista al bando republicano.

Fue en una jornada para recordar las bodas de plata de la grabación, que se fraguó en les Albaredes (Portell) y municipios limítrofes de la provincia, como la propia Mirambel o Cantavieja, durante el mes de junio de 1994. De hecho, en un primer momento, el director británico barajó la posibilidad de desarrollar escenas en Morella.

Uno de los platos fuertes del reconocimiento a Loach fue el anuncio de que el pueblo ha bautizado una calle con su nombre, una noticia que se había guardado sin incluirse en el programa.

La cantidad de gente que se agolpaba para saludarlo obligó a cambiar la agenda prevista y el prestigioso director de cine correspondió al cariño parándose y fotografiándose con las decenas de personas que le esperaban bajo un cartel que rezaba Bienvenido Míster Loach, título del libro de Mario Ornat para conmemorar los 20 años del film, estrenado el 7 de abril de 1995, en claro homenaje al clásico Bienvenido Míster Marshall. «Estoy sobrecogido por la recepción, no me esperaba esto. Agradezco tanto cariño y espero que, hoy más que nunca, se escuche el mensaje de la película, que se centra en la lucha contra el fascismo», reconoció Loach.

Un papel para la historia

Respecto al papel de Cantatore, el morellano explicó que «me presenté al cásting y pasé la primera fase. Después me entrevisté con Ken que tenía mucho interés por saber qué sabía de la guerra civil española. Tras ello, me llamaron y me dijeron si tenía dos meses para participar en el rodaje. Fue una experiencia inolvidable. También acudí con el equipo al festival de Cannes, donde hice entrevistas y me di cuenta de la repercusión que tuvo esta producción. Recordar 25 años después ese momento con parte del rodaje y el propio director fue algo muy emocionante».