El derribo del edificio del Termalismo de Benicàssim es un hecho. Las máquinas han entrado esta mañana a primera hora para asolar la infraestructura que corona el 'skyline' de Benicàssim por la costa, en los plazos previstos, en enero.

¿Qué pasará con los terrenos? El futuro de la parcela del Termalismo, situada sobre lo alto de una colina con unas vistas privilegiadas de la costa de Benicàssim, se abordará tras el derribo de los dos edificios, que ha ya arrancado, debido al mal estado de parte de su estructura.

El objetivo es que estén finalizados antes de Semana Santa.

El futuro para este solar es un asunto que tratarán primero los propietarios entre ellos --familia Farnós, Carpi y Forner--, una vez se haya llevado a cabo el derrumbe. Después, está previsto que se inicie una ronda de conversaciones con el equipo de gobierno y todas las fuerzas políticas en el consistorio con la finalidad de buscar una solución buena tanto para el municipio como para su desarrollo turístico, según ha podido saber este periódico.

El suelo está calificado desde el Plan General de Ordenación Urbana de 1992 como asistencial sanitario, cuando se modificó de residencial a este nuevo uso.