Lorenza Ramírez tuvo un parto que no olvidará en la vida. No en vano, no todas las mujeres dan a luz en el interior de un vehículo... Y a las puertas de un centro sanitario al que no le dio tiempo a entrar. La bebé que esta vecina de Onda, de 32 años, y de origen dominicano llevaba en su vientre tenía prisa por salir. Fuera donde fuera. Y nació... en el coche de sus padres. 24 horas después del parto, y ya más tranquila, descansa en el Hospital de la Plana de Vila-real, adonde fue trasladada en ambulancia después del accidentado nacimiento y donde se recupera junto a su pequeña.

--Primero de todo, ¿cómo se encuentran las dos?

--Perfectamente, estamos las dos muy bien. La niña pesó 3,7 kilos y, si no pasa nada, mañana (hoy para el lector), nos darán el alta y regresaremos a casa.

--¿Tiene más hijos?

--Sí, la niña es la segunda y la primera de parto natural. Antes, fue por cesárea. Precisamente, mi marido había ido a dejar a mi hija al colegio porque yo ese día estaba desde las siete de la mañana con contracciones y me espere en casa a que él regresara.

--Y todo se precipitó...

--Sí, cuando bajé en el ascensor de mi casa ya me di cuenta de que la cabecita del bebé estaba prácticamente asomándose... y le dije a mi esposo, ‘vamos a llamar a una ambulancia’.

--Pero no les dio tiempo...

--Cuando estábamos llegando al centro sanitario de la calle Alfons el Magnànim, muy cerca de casa, ya me di cuenta de que no me daba tiempo. Ya estaba aquí.

--No pudo ni siquiera cruzar la puerta del centro médico.

--Estaba muy nerviosa y fue todo muy rápido. Mi marido estuvo conmigo todo el rato y el pobre ayudó en todo lo que pudo.

--De hecho, a través de las redes sociales, ha agradecido el estupendo trabajo realizado por todo el personal sanitario.

--Sí, todos corrieron al coche y nos atendieron perfectamente. Quiero darles las gracias a todos.

--Fue un parto accidentado, pero con un final muy feliz...

--No lo voy a olvidar en toda la vida. Cuando mi hija sea ya mayor le explicaré en qué circunstancias llegó a este mundo.

Lorenza se despide de Mediterráneo mucho más tranquila, con el llanto de su recién nacida de fondo y todavía sorprendida por la repercusión mediática de la historia protagonizada apenas 24 horas antes en Onda.