El temporal fue el participante no deseado en esta Semana Santa, lo que alteró las programaciones de procesiones y actos religiosos a lo largo de toda la provincia. A pesar de que el tiempo primaveral estuvo también ausente ayer, sí llegaron a celebrarse con normalidad la mayoría de los actos de la jornada de Pascua.

En Almassora, la tradición se mantuvo intacta, con los pasos de Jesús Resucitado y la Virgen de los Dolores, que confluyeron en el Raval de la Tranitat. En cambio, en l’Alcora se tuvo que realizar una versión reducida, ante la amenaza de la lluvia. El momento más esperado se desarrolló en la plaza de la Sangre, con la presencia de las cuatro cofradías locales y una exhibición de l’Alcora Tambor. En cuanto a Vilafamés, se optó por hacer la actividad en el interior de la parroquia, ante la posibilidad de chubascos.

La normalidad fue la nota dominante en el Baix Maestrat. La plaza San Valente de Vinaròs fue el punto del encuentro, mientras que en Benicarló el lugar fue la confluencia entre el ágora Constitución y la calle Joan Carles I. Y en Peñíscola, la calle Mayor fue testimonio del paso de Jesús Resucitado y la Dolorosa.

En otros municipios, como Orpesa, el recorrido de Pascua fue el desquite tras la decepción que supuso la cancelación del Santo Entierro. La parroquia de San Jaime fue el punto de salida de los dos trayectos, que partieron desde puertas diferentes. Donde no hubo la misma suerte fue en Moncofa, ya que las precipitaciones impidieron el normal desarrollo de las actividades. Respecto a Segorbe, la procesión estuvo presidida por el obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente y participaron las tres cofradías de la localidad.

Y en Nules se vieron obligados a acelerar el desfile religioso, por cuanto ya casi al final hizo acto de presencia la lluvia que, aunque no fue muy intensa, obligó a quienes tomaron parte en el evento a correr para refugiarse en la iglesia. Informan: J. Nomdedeu, J. Flores, M. J. Sánchez, B. Roig, M. À. Sánchez, R. Martín y M. Mira.