Esplendor y decadencia son dos términos que resumen la historia, más corta de lo esperado, del centro comercial Costa Azahar de Benicarló. El complejo llegó a ser un referente en toda la provincia y el mayor de la comarca, por su amplia oferta de establecimientos y de ocio. Hoy es un lugar fantasma por su abandono.

El complejo se levantó sobre los terrenos de la antigua fábrica de muebles Palau. Fue una empresa que vivió la época más floreciente y próspera de la industria local. Algo más de dos décadas después, en 1995, quebró, y dejó sin empleo a 250 personas.

Ya en el año 2001, la promotora catalana Floriac adquirió el solar que ocupaba la factoría para poner en marcha un gran centro comercial y de ocio que se inauguró en junio de 2003.

Al igual que Palau, el Costa Azahar tuvo su época de apogeo y auge, pero fue fugaz e intermitente, ya que, desde el principio, los operadores instalados en el centro -que llegaron a ser más de 70- tuvieron que hacer frente a varios contratiempos y vicisitudes. Uno de ellos, y posiblemente el más grave, fue la tromba de agua que anegó las instalaciones solo cuatro meses después de su apertura y que ocasionó pérdidas millonarias.

Sin embargo, y con mucho esfuerzo, pudieron sobreponerse a las consecuencias del desastre y el espacio recuperó la afluencia de gente de toda la comarca.

CINES, BINGOS Y FRANQUICIAS // Abierto los 365 días del año, con un multicine de 11 salas, un hipermercado (primero Caprabo y después Eroski), un bingo, una bolera, varios restaurantes, entre los que estuvo un Burger King, más de medio centenar de establecimientos comerciales, con franquicias conocidas como Woman Secret, Inside o Springfield, una estación de servicio y un aparcamiento con cerca de 900 plazas. El abanico de posibilidades comerciales y lúdicas era amplio y tenía, prácticamente, todos los requisitos para ser un centro de referencia y perdurar en el tiempo. Pero no ha sido así.

Ubicado junto a la que fuera N-340, los deficientes accesos fueron otro escollo, al no permitirse construir una rotonda. La afluencia de visitantes cayó en picado y conllevó al cierre de negocios y Floriac entro en concurso de acreedores acuciada por las deudas.

Ahora, el interés de la firma Family Cash para reavivar el complejo, junto a la predisposición de los ayuntamientos de Benicarló y Peñíscola de ejecutar la glorieta, así como la reapertura de los cines, prevista en octubre, son brotes verdes para recuperar la gloria.