El alcalde de València, Joan Ribó, hizo ayer un anuncio que cogió por sorpresa a las fallas de la Comunitat: la suspensión de la fiesta del 2021 en la ciudad que preside. Y es que sus declaraciones no han caído demasiado bien entre los falleros, no por el fondo de la cuestión, que está sujeto a matices, sino porque desde la Junta Central y las juntas locales consideran que se ha precipitado, pues esta tarde hay una reunión en la capital del Túria de representantes de estos entes y la Conselleria de Sanitat, para definir qué podrá ser y qué no este año tan incierto.

Todos los implicados consultados por Mediterráneo consideran que Ribó no ha contado con nadie para comunicar su postura, algo que ha incomodado bastante en ciudades como Burriana, donde el vicepresidente de la JLF, Salvador Doménech, manifestó su desconcierto ante la «unilateralidad» de sus palabras.

El hecho de que hubiera una reunión oficial programada, debería haber persuadido al munícipe de dar el titular, porque como defendió Doménech, «hemos celebrado estos encuentros más veces para dar una respuesta conjunta, porque hay que recordar que estas fiestas no se celebran solo en València», y remarcó que es «Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y de Interés Turístico Internacional, con muchos municipios implicados».

Desde un posicionamiento muy similar, la concejala de Fallas y presidenta de la JLF, Sara Molina, aseguró que «no sabemos ni cómo ni cuándo, pero de lo que estoy segura es de que habrá celebración, aunque sea de una manera diferente a lo que hasta ahora habíamos conocido». Informa Isabel Calpe.

Igual de contundente fue la respuesta en Benicarló. El concejal de Fiestas y Fallas, Pedro Manchón, señaló que «hubiera preferido que ese mensaje hubiese sido consensuado con todos los municipios, porque ya hubo problemas y nos quejamos en marzo del 2020». El edil fue más allá al concluir que «la comunicación entre València y el resto de municipios continúa dejando mucho que desear, porque aunque esta ciudad es la capital de la fiesta josefina, no es la única que celebra fallas».

El presidente de la JLF de Benicarló, Fede Guimerá, fue más diplomático al señalar que lo dicho por Ribó no le ha cogido por sorpresa, «era un secreto a voces», pero también criticó las formas, hasta el punto de concluir que lo que él diga «a nosotros no nos afecta», pues se atenderá a lo que se acuerde en la reunión que se celebrará hoy. Informa M. J. Sánchez.

En la Vall d’Uixó no hubo diferencias con respecto al resto de juntas locales de Castellón. No han gustado las palabras del alcalde de València justo un día antes de la mesa de negociación. La presidenta de su JLF, Iris Talamantes, insistió en que, como había un encuentro previsto para esta tarde, «todos íbamos a esperar a las conclusiones que se acuerden para convocar a nuestras juntas y tomar decisiones». En permanente contacto con la Junta Central Fallera, Talamantes no quiso valorar más allá de lo que consideran unas declaraciones sin consensuar y sin más implicaciones.

Quienes se desmarcaron ligeramente de la prudencia fueron los representantes de la comisión de la falla El Compromís de Almenara, quienes ya apuntaron a que sus planes ya pasaban por mirar a 2022. Su presidente, Héctor Martínez, dijo ayer que «es una lástima, porque es duro volver a tener que suspender por segundo año consecutivo, pero no hay más remedio», aunque también remitió al encuentro de hoy, como punto de partida. Informa M. À. Sánchez.