La historia del falso enterramiento de Aitor Iureta Oteiza en la Vall d’Uixó no deja de arrojar titulares desde el día en el que, se suponía, este relato había llegado a su fin con la apertura del nicho vacío, el pasado lunes. El último tiene que ver con la propiedad de la lápida con la que se cubrió el hueco, porque quienes la pagaron han acudido al cementerio a recogerla. No son otros que la familia que se benefició del trato de favor dispensado por el entonces alcalde, Óscar Clavell.

Curiosamente, tras descubrirse la sepultura, se generó la duda de qué iba a pasar con esa pieza de mármol. Las autoridades explicaron que, de acuerdo con la normativa, si el propietario no la reclama en un tiempo estipulado, estiman que no es de nadie y podría incluso llegar a destruirse.

Este no ha sido el caso. Un representante de la familia que pudo enterrar a su ser querido en un lugar preferente se ha personado en el camposanto y ha reclamado su propiedad y, con ella, la principal prueba del engaño.

MALESTAR JUDICIAL

Un engaño que la jueza encargada de investigar el tema tras la denuncia presentada por el actual Ayuntamiento calificó en su fallo de «grotesco» y «corruptela o irregularidad sancionable administrativa y políticamente». Y a pesar de ello, en las únicas declaraciones realizadas esta semana por el principal responsable, hacia quien señalan todos los implicados, Óscar Clavell, se exhimió de toda responsabilidad apuntando que en su fallo la magistrada había sobreseído el caso, como si de este modo se probara su inocencia o no implicación.

Estas manifestaciones han generado malestar entre los juristas, como reflejaron ayer fuentes de la profesión, incidiendo en que las conclusiones no ponen en duda que la orden para incumplir la ordenanza municipal y, de este modo, dar un trato de favor a una tercera persona fue dada por el anterior munícipe.

Tanto es así, que recoge las declaraciones de un testigo --trabajador municipal-- a quien el exalcalde llamó personalmente por teléfono para indicarle que tapara el nicho 46 y permitiera el enterramiento donde le pedían.