Burriana cerró ayer el capítulo taurino de la Misericòrdia con mal sabor de boca. Uno de los pastores del Mijares resultó corneado por el primer astado de la tarde, mientras que el segundo toro se lastimó en la salida y hubo que devolverlo a los corrales.

De esta manera, los festejos cierran una semana que finalizó con cuatro varones trasladados al Hospital La Plana, de Vila-real, todos ellos con heridas por asta de toro. Los tres corneados del miércoles todavía siguen ingresados.

El último herido, Alexis M. M., vecino de Tales, realizaba tareas de pastor. El astado seguía a los mansos en dirección a la plaza Mayor para cerrarlo, pero al entrar a la calle que une el Pla con la plaza del Ayuntamiento, alguien llamó al animal y este se giró. El afectado, que iba corriendo detrás de las reses, solo pudo frenar, pero no esconderse, y fue alcanzado por el toro, que acto seguido se echó a la arena. El mayoral fue trasladado al Hospital Universitario de La Plana, donde se le intervino quirúrgicamente con pronóstico reservado.

Después del astado patrocinado por Jóvens del Bou y perteneciente a la ganadería de Alcurrucén, se soltó el último toro de las fiestas, un ejemplar de Arcadio Albarrán Olea, patrocinado por el Ayuntamiento de Burriana. La lidia de este morlaco se retrasó hasta cumplirse nuevamente los requisitos de médicos profesionales que marca la normativa.