Los promotores de las principales citas musicales benicenses aplauden la decisión del Ayuntamiento de Benicàssim de iniciar el proceso para comprar el recinto de festivales y hacerlo municipal. Y es que el suelo donde cada año se celebran macroeventos como el FIB, el Rototom, el SanSan o el Benicàssim Electrònic es privado y pertenece a más de 40 propietarios particulares, por lo que se ha estado alquilando a lo largo de las últimas dos décadas.

Unos contratos que en ocasiones han sido más a largo plazo, de unos 5 ó 10 años; o de más corta duración, anuales, lo que produce inestabilidad entre los organizadores de los certámenes, que no pueden tener garantía de contar, de forma fiable y continua, con los terrenos. A ello se suma la intranquilidad del último ejercicio, cuando las negociaciones con algunos dueños se complicaron y la celebración de los festivales pendió de un hilo. El contrato de alquiler se firmó in extremis, poco antes del FIB. Y es que existen discrepancias sobre el precio por m2 entre el Ayuntamiento y algunos propietarios.

en POSITIVO // El director del Rototom Sunsplash, Filippo Giunta, se muestra «muy feliz y agradecido» por la noticia. «Es algo que esperaba desde la primera edición que celebramos aquí, porque siempre ha sido un problema. A partir de ahora podremos pensar en hacer inversiones para que sea un recinto estable y útil, de forma que cualquier promotor pueda aprovechar este espacio para conciertos puntuales. Es el primer paso para que Benicàssim tenga un espacio a la altura de los eventos que acoge», dice.

Desde los demás macroeventos también aplauden la medida, pues facilitará la celebración de nuevas actuaciones y garantizará su futuro, coinciden.