Culminado el novenario en su honor, el Cristo del Mar regresó ayer a su sede canónica y miles de fieles acompañaron a la venerada imagen durante el camino de vuelta a la iglesia de San Pedro Apóstol de Benicarló.

Así, de nuevo pudieron verse escenas que constatan la gran devoción que el pueblo de Benicarló siente por el Cristo del Mar, al que se le atribuye el milagro de acabar con la epidemia de peste bubónica que asolaba la población en el año 1650.

La procesión estuvo presidida por el obispo de la diócesis de Tortosa, Enrique Benavent y, junto a él, las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa, Xaro Miralles, escoltaron a la imagen en el recorrido, procesionando en la fila central.