Después de un compás de espera, las celebraciones de octubre contarán con junta de fiestas, órgano imprescindible para el funcionamiento normal de esta asociación que está regulada por unos estatutos. Sus miembros seguirán siendo los que hace tres meses presentaron la dimisión, pues ya son 10 años los que han estado al frente del organismo. El motivo por el cual han reconsiderado su decisión no ha sido otro que evitar el posible malentendido que ya había llegado a la calle de que si no hay gestora no hay fiestas y dañar el trabajo que tiene planificado la nueva comisión, que trabaja desde hace dos meses para captar fondos.

El secretario de la junta, Cayetano Solsona, explica: «Queríamos que entrara gente nueva, pero, para evitar problemas, seguiremos un año más». Además, señala que reunirán a las peñas para explicarles la situación.