La lluvia caída durante los dos últimos días en Benicarló ha empezado a causar desperfectos en los monumentos falleros. Si bien la intensidad de las precipitaciones es débil, excepto en algunos momentos puntuales que duran pocos minutos, el continuo goteo ha producido un efecto demoledor que podría recordar al que sufrían antiguamente los condenados por la Santa Inquisición a la tortura del gota a gota.

En la sintética piel de los ninots ya se observan las ampollas que ha provocado la acumulación de agua y en algunas zonas del cuerpo de las caricaturizadas figuras se ha desprendido totalmente la pintura. Aunque a primera hora de la tarde de ayer la lluvia daba una tregua y el sol asomaban tímidamente, las 13 agrupaciones decidieron solventar el problema y tapar con plástico al menos los monumentos infantiles para evitar, en la medida de lo posible, que los daños fueran a más. Más complicado resulta resguardar los ninots centrales por sus grandes dimensiones. Los falleros miran al cielo con preocupación. H