La tercera edición de la Fira d’Oficis de Benassal echó a andar en la mañana de ayer, transportando a sus vecinos y visitantes a décadas anteriores, cuando sus calles testimoniaban a diario la labor de los esquiladores de ovejas, carniceros o el alguacil. Hasta 67 oficios antiguos se recuperan para la ocasión. Se espera que unas 3.000 personas acudan a lo largo del fin de semana, dando un aire especial a este pueblo del Alt Maestrat.

La muestra fue inaugurada a mediodía, con la asistencia del presidente de la Diputación, Javier Moliner, que acompañó en la puesta de largo a la alcaldesa, Mari Luz Monterde. “Centenares de personas recorrerán Benassal conociendo más del pasado de este pueblo y sus gentes y, con ello, se llenarán bares y restaurantes, comercios y demás establecimientos”, afirmó Moliner.

El presidente provincial anunció que la institución que dirige aprobará el martes una partida de ayudas de 100.000 euros, creadas para respaldar unas 20 recreaciones históricas repartidas por toda la provincia durante el año.

Una de las novedades de la presente edición de la feria de Benassal es un concurso de selfies, en la que los visitantes participan, colgando en las redes sociales sus fotografías con oficios representados en esta celebración festiva. H