Susto, y no pequeño, fue el que protagonizó una vaquilla del hierro de Núñez del Cuvillo a los vecinos de Villahermosa, cuando tras producirse el tradicional encierro desde el camino de San Antonio, se escapó por uno de los cadafals, después de poner la cabeza en la barrera ubicada en la calle La Trinidad hasta conseguir colarse por los barrotes y escaparse.

El asombro y el susto para muchos fue encontrarse de cara con el animal, que no generó ningún incidente. La erala recorrió varias calles hasta llegar al Quiñón (trozo de huerto cercano al río Carbo). Allí fue acorralada por los jóvenes del pueblo, que la ataron para después llevarla a pie hasta los corrales.

Lo que podría haber sido una mala crónica de una tarde de toros, al final se quedó en una pequeña anécdota taurina. H