Arturo Gimeno y Enrique Limo volvieron a escribir un capítulo para la historia de Almassora. El primero, exmagistrado del Tribunal Supremo y exvocal del Consejo General del Poder Judicial, hizo oficial ayer la donación de un busto hecho por el segundo, el célebre escultor local de quien se conmemoran los 20 años de su fallecimiento.

Un sencillo acto, pero a la vez cargado de emotividad, celebrado en la planta baja del ayuntamiento, sirvió para dar fe, de manera simbólica, del regalo a la ciudad. Gimeno, con 93 años de edad, dejó clara la intención de que la obra dedicada a su persona esté instalada permanentemente en sede judicial, concretamente en el área que ocupa el juzgado de paz local, presidido por Enrique Felip, quien fue partícipe de la cita.

El también hijo predilecto del municipio dirigió unas palabras, a través de un discurso que leyó uno de sus familiares. Pero también quiso añadir de viva voz: «Xiquets, açò s’acaba».

Los ediles Carmina Martinavarro, Isladis Falcó y Javier Moyá --la alcaldesa, Merche Galí, tenía una reunión en Castelló-- estuvieron presentes y remarcaron la relevancia de las figuras del jurista y del artista, en una propuesta más del memorial que se desarrolla durante este mes.

Por su parte, Felip recalcó la «calidad humana, sencillez y gran trayectoria» de Gimeno, quien pasó por casi todos los escalones jerárquicos de la Justicia e, incluso, tuvo un papel clave para denegar el indulto a Tejero tras el 23-F, en uno de los tantos pasajes de su historia.