Pese a las perspectivas meteorológicas adversas, ayer lució un sol espléndido en la villa y la plaza de la Font, el Raval y los aledaños de Borriol se vieron repletos de público con gran expectación por gozar, un año más, de la popular Pujà del Raval, prueba de habilidad y fuerza en la que todos disfrutaron. Una de las ediciones más participativas de cuantas se recuerdan en los últimos años. Esta actividad, más que una competición al uso como ocurre en otras poblaciones, es un acto en que la decena de caballerías (la Matxà) que concurren tratan de superar, y lo consiguen, las dificultades que supone el fuerte declive de la calle arrastrando un pesado carro cargado de troncos hasta la plaza del Pou, magistralmente convertidos en una geométrica pira troncocónica, admirada por la concurrencia.

Esa misma pira, rematada por un pirri de pino, es la que más tarde, a partir de las 22.00 horas, ardió ante la multitud que, desafiando el tiempo un poco más frío, se reunió, no obstante, en la antedicha ágora del Pou para disfrutar de un apetecible calor físico y humano. Luz, calor y fervor se unieron en alegre compañía en la noche sanantoniana.

También el día anterior se celebraron actos en honor del santo. Por la mañana, en el Grupo Escolar de l’Hereu, un profesor dio una lección didáctica a los niños mayores sobre el valor de la fiesta y el conocimiento de sus pormenores. Una charla sobre la celebración y la vida del santo.

Por la tarde, en el salón del ayuntamiento, tuvo lugar el nombramiento del cofrade de honor de este año, figura que recayó en el presidente de la Cofradía, empresario y ganadero Daniel Ramos. En el mismo acto se presentó el libro de José Portolés Famolir sobre La Fiesta de Sant Antoni (en 2010 se publicó, por otro autor, San Antonio Abad en Borriol y en 2016 Sant Antoni Abat i els xiquets. Una rica bibliografía).

Hoy hay misa, cantos de los gozos y procesión, y mañana el programa se centra en los niños.

«De Borriol, la nostra vila/sigueu sempre protector/ja que per sant valedor/se us venera i admira», dice una estrofa de los gozos populares de la localidad.