Morella vivió ayer la cuarta jornada de las fiestas del 54º Sexenni, que estuvo organizada por el Gremi de Llauradors i Ramaders de la localidad.

El día arrancó con la misa solemne oficiada por mosén Ricardo Fígols, cura de Peñíscola y arcipreste del municipio, y continuó con el tradicional retaule. La danza que protagonizó la comitiva fue la representante de la asociación que se encargó de la organización de los eventos, la de los agricultores, quienes desfilaron ataviados de danzantes y cuadros bíblicos, representando a todos los colectivos de la fiesta.

Sin embargo, hubo dos incidentes que sobresaltaron a los miles de visitantes. El primero de ellos llegó con un accidente de uno de los gigantes que componen la comitiva. Afortunadamente, todo quedó en un susto.

Y el otro fue la aparición de una ligera tormenta. Con las primeras gotas, los responsables del Carro Triomfant en el que van els angelets corrieron para tapar las pinturas originales, para evitar su deterioro. Rápidamente y con el despliegue de un toldo, la comitiva continuó. Minutos después, tras el cese del temporal, procedieron a quitar la cobertura de plástico y los niños pudieron volver a subir al carromato.

Ayer tampoco faltó una amplia representación de autoridades autonómicas y provinciales. El presidente de la Diputación, Javier Moliner, alabó la labor de los gremios y acompañó al alcalde, Rhamsés Moliner; al secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez; y al director general, Roger Llanes