La problemática del top manta derivó en un nuevo episodio de tensión en Peñíscola. El escenario fue el retén de la Policía Local que, en la noche del miércoles, quedó rodeado por un grupo de unos 30 manteros, quienes exigían la devolución del material que se les había requisado con anterioridad.

Los hechos se dieron a conocer en el transcurso del pleno ordinario del consistorio, cuando los portavoces del Partido Socialista y La Roca mencionaron el contenido de un escrito elaborado por el inspector del cuerpo y representante del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos, José Antonio Soriano. La carta detalla que la situación no fue a mayores «por una cuestión de azar y un poco de habilidad dialogante», además de por la presencia de tres patrullas de la Guardia Civil, reforzando a los seis agentes que cubrían su turno, entre ellos, una mujer embarazada.

El documento afirma que las medidas de seguridad de la sede policial son precarias, «ya que el único impedimento para entrar a la fuerza es una puerta corredera de cristal no blindado».

RESPUESTA / El alcalde, Andrés Martínez, intervino ante este asunto para lamentar lo ocurrido. «Creo que nadie puede pensar que en una ciudad con pocos conflictos como la nuestra, donde no han sucedido escenas como las de Benidorm con los ingleses y la Policía Nacional, puedan pasar cosas de estas». También recordó que la acción policial es como consecuencia del incumplimiento de las ordenanzas de venta en la vía pública «y cuando se les advierte y se actúa, se quejan y tratan de secuestrar el puesto». En cuanto a la seguridad, «si hay que mejorar la puerta, se hará, aunque nunca haya hecho falta porque, hasta ahora, todo el mundo se acercaba con civismo».

A pesar de la intimidación, los cerca de 250 artículos incautados no fueron devueltos. Los objetos fueron requisados al detectarse en el interior de un coche.

Martínez añadió que redactará un escrito a los organismos oficiales «para que ayuden». A la vez, lamentó que el inspector «se dedicara a repartir folletos a la puerta del salón de plenos, en vez de comunicarlo directamente» a las autoridades municipales.