El censo invernal de cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) en dormideros habituales del paisaje protegido de la desembocadura del río Millars ha sido uno de los más escasos desde hace 12 años. La guardería rural encargada de efectuar el registro de la especie tan solo ha podido contabilizar 21 ejemplares. Menos de la tercera parte de los 65 avistados en el 2005, cuando se desarrolló esta actividad por primera vez. Los guardas hacen varios seguimientos periódicos para localizar estos dormideros. Una vez han descubierto los árboles donde las aves descansan se procede a planificar el censo.

Por el momento, el brusco descenso no tiene una explicación clara. Habrá que esperar a nuevos estudios en los próximos años para comprobar si el menor número de ejemplares de este ejercicio supone una excepción o está pasando algo importante con este ave marina grande, de presencia torpe y característico color negro.

Los responsables del análisis entran sigilosamente en los lugares de descanso y cuentan con detalle cada uno de los ejemplares. Según han indicado desde el Consorci del Millars, el recuento de cormoranes grandes se ha realizado durante cuatro días seguidos, entre las 17.15 y las 18.00 horas, momento preciso en que se retiran para descansar.

Los ejemplares de esta especie suelen elegir árboles localizados en les Goles como lugar para pasar la noche. Hace unos años el cormorán era únicamente hibernante, pero desde hace poco tiempo se ha establecido como reproductor, principalmente, en embalses del interior.

Los animales a estudio son especialistas pescadores que están en expansión en toda Europa. Esta gran destreza ha hecho que sean perseguidos y a veces odiados en algunos países del norte de Europa. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas está reflejado como un ejemplar de interés especial.